RACISMO: Una mirada interior

Psic. Maricela Muñoz

Si yo te preguntara si eres racista, seguramente me dirías que no y quizá tengas razón, ya que al menos no lo eres de manera voluntaria o consciente.

Seguramente sabes que los antiguos Romanos se creían una raza superior a muchos de sus contemporáneos, como los Bárbaros, Griegos, Judíos, a quienes consideraban una raza inferior. Al pasar el tiempo y de esta forma, se fue haciendo natural considerar a otros grupos humanos como  inferiores, esclavizarlos, abusar de sus mujeres, quitarle sus pertenencias y hasta matarlos.

En este artículo encontrarás...

Dónde se asienta el Racismo

Es una ideología formada estratégicamente, para que algunos seres humanos, “los que se creen superiores” abusen de otros seres humanos igual a ellos pero que “aceptaron creerse inferiores”.

El racista clasifica a las razas en superiores e inferiores, para ejercer poder económico, religioso, ideológico y territorial para obtener los beneficios que le otorgan poder, un ego inflado y “permiso” para continuar abusando de los demás. El racismo es histórico.

La Conquista 

La colonización que se vivió en muchos países durante los siglos XV al XVIII,  permitió el abuso hacia muchos pueblos en todo el mundo, de grupos que creyéndose  ”superiores” sobre otros, realizaron genocidios y etnocidios, naciendo así un fenómeno ideológico “normalizado históricamente” que fomentó masacres, explotación, discriminación y segregación.

Como ejemplo el caso de Hitler, quien fomentó atributos especiales y superiores de la raza aria, que la favorecía por sobre todas las demás razas del mundo.

La otra mirada: el racismo es una infección contagiosa 

Se oculta, ve por el rabillo del ojo, señala, se ríe, separa, encubre, no confronta sin embargo hiere al amparo del prejuicio.

El racismo, desnuda de valor a los individuos de determinado grupo social, ya sea por el color de su piel, tradiciones culturales, religión, género, nacionalidad, idioma, características físicas, su finalidad es hacer ver más grandes las diferencias y no las coincidencias entre él y “el otro”.

Racismo Normalizado

A continuación algunos ejemplos actuales de cómo es que se está viviendo en el mundo.

Racismo contra los orientales y aparición de COVID

Les comparto esta historia verídica, sobre una doctora oriental llamada Jiun Isabel Zhang Yim, quien trabaja en un hospital de Cataluña, España.

Por ser oriental y radicada en España ha vivido “bullying psicológico” y racismo desde su adolescencia, primero con la aparición del SARS durante  el año 2003, cuando apenas con doce años era apartada del camino por sus compañeros quienes le gritaban “La China nos contagia”.

Jiun trató en vano de encajar y “blanquear su piel” para ser en lo posible una china occidentalizada, aunque no le sirvió de mucho, esta situación le acarreó constantes depresiones y aislamiento social.

Hoy que es doctora y con la aparición del COVID-19, las personas que atiende en el hospital esperan, por una parte, que ella les salve y, por otra, la señalan como responsable de su enfermedad.

Desde su lugar, ha tomado la decisión más correcta que es definir su propia identidad a través de su propia mirada.

Racismo y fútbol 

Sucede que este deporte como muchas otras actividades, es el escenario perfecto para observar de lejos algunos comportamientos humanos, pues no cabe duda que cuando se actúa al cobijo de un grupo, algunas personas aprovechan para hacer o decir aquello que no se atreverían a hacer o decir estando solos.

El pasado 30 de enero del 2020 Sebastián Rincón, futbolista colombiano, quien se desempeña como delantero en Aldosivi de la primera división de Argentina, se contiene contra una situación que ha vivido desde niño: agresiones racistas por su color. Sebastián, acostumbrado a vivir escuchando agresiones a su persona como  “simio, come bananas” ha podido demostrar que ante todo es una persona madura, que no se deja llevar por las agresiones.

Estos mismos comentarios y burlas las vivió, durante el partido que realizó el pasado mes de enero del 2020 en el estadio José Amalfitani en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Resulta que uno de los aficionados le comenzó a gritar mientras jugaba “simio come bananas”; él hizo caso omiso y siguió jugando. En una entrevista posterior al partido le preguntaron cómo es que hacía para sobreponerse a las agresiones racistas, a lo que el jugador respondió: 

“No ha sido fácil sobreponerme, de más joven sufría depresión, pero he contado siempre con el respaldo de mi familia y también me ha ayudado “la psicología del deporte”.

Actualmente no deja de hacer trabajo psicológico para poder solventar estas y otras vicisitudes. Su reflexión al respecto es la siguiente: “Tenemos que ser más conscientes de las cosas que vamos a decir, porque nadie sabe la historia de nadie”

Racismo Made in USA

Si hablamos de Estados Unidos tenemos un caso reciente y desafortunadamente frecuente, el asesinato de George Floyd por un oficial de policía, hace evidente el tamaño de este problema.

Pero aquí no basta con señalar de manera simplista cada caso, habría que analizar el telón de fondo que sostiene este tipo de comportamientos, ya que también  esto se vive en toda Latinoamérica con sus propias comunidades indígenas y afrodescendientes.

La naturalización del racismo

En las sociedades europeas, americanas  y latinoamericanas, el racismo también se evidencia en otras formas, menos evidentes pero constantes por medio de la falta de seguridad, empleo, salud, educación, inclusión social y vivienda, aunado a las formas, usos y costumbres que cada sociedad establece para “tratar” con las personas que son extranjeras.

Los anti valores del prejuicio 

Díganme ustedes, si no han escuchado algún chiste sobre gallegos, argentinos, mexicanos, es aquí donde podemos descubrir algo más y es que somos muy dados a categorizar a las personas… ¡ah! por cierto les tengo un chiste buenísimo de un negrito, y otro de un mexicano con su burro, pero luego se los cuento…

¿Si, se dan cuenta? como socialmente es aceptado hacerlo…  

Consecuencias Psicológicas de sufrir racismo

La vida de una persona, que sufre racismo puede convertirse en un verdadero infierno, a continuación un panorama general de lo que se sufre y que quizá no sabías, o si sabías… ¡hiciste caso omiso!

Autoconcepto distorsionado:

Se vive con un concepto de sí mismo erróneo, lleno de sentimientos de inferioridad, baja autoestima, pesimismo y desesperanza por no “poseer” las cualidades y/o características  para ser aceptado y aprobado por sus agresores.

Estrés:

Las personas están en una constante vigilancia (hipervigilantes) para protegerse y poder prevenir daños físicos, mentales, económicos, sociales.

Imagina que viviendo esta pesadilla día a día, el organismo puede desarrollar “condiciones desadaptativas” como cefaleas, diarreas, herpes, somatizaciones que en general pueden desencadenar enfermedades como colitis, gastritis, dolores corporales y malestares en general.

Depresión:

Como consecuencia de la exposición cotidiana al racismo, la depresión puede aparecer como un síntoma del malestar en que se vive y se puede manifestar con inapetencia, incapacidad para relacionarse, exceso de sueño, llanto repentino, miedo, aislamiento, autodestrucción, hasta intentos de suicidio.

Indefensión Aprendida:

Al ser agredido constantemente, muchas personas ya no se defienden, ya sea por temor a ser deportado a su país de origen o por no generar conflictos que los afecten en su trabajo, es así que aprenden a comportarse pasivamente, ante una agresión o situación que normalmente una persona en su sano juicio no permitiría. No evitarán protegerse de las agresiones físicas, verbales, e incluso sexuales, en este caso los sentimientos de impotencia son tan grandes que la inacción es la única respuesta para poder sobrevivir.

Trastornos mentales:

Las emociones y sentimientos desarrollados durante todo el proceso de vivir en situaciones donde el racismo sea lo cotidiano, puede generar creencias erróneas sobre la identidad y valor de sí mismo, desencadenando trastornos como: DEPRESIÓN, BAJA AUTOESTIMA Y ALTOS NIVELES DE ESTRÉS.

Hoy las fronteras están cerradas pero podemos abrir la mente!

Todo lo que hacemos importa, de igual forma, todo lo que hacemos repercute en alguien o en algo más, imagina que somos como una gota de agua que cae en un lago con aguas calmadas, fíjate bien que cuando cae esa única gota que eres tú, el agua comienza a moverse en pequeñas ondas que van a cambiar la estructura molecular y movimiento de ese todo que es el lago.

Nuestras acciones y omisiones repercuten para bien o para mal en las personas y  el mundo que vamos creando y construyendo cada día.

El racismo puede afectar no solo a una persona, también afecta familias, comunidades y países enteros, está en nosotros vacunarnos contra él, la medicina está en tu corazón, es la empatía, el amor y la conciencia de los actos que a diario podremos ir trabajando, con las personas que formamos y vivimos en este planeta.

Si sufres de racismo no dudes en ayudarte,  no estás solo aquí te escuchamos.