¡Importante!: El descanso y la actividad física durante la pandemia

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La importancia del sueño y la actividad física en pandemia

El estar encerrados en casa la mayor parte del tiempo no implica que no debamos mantener algunos hábitos saludables. Veamos por qué esto importa. 

La pandemia reorganizó nuestras vidas. A pesar de que actualmente tenemos mayores libertades, esto implicó un cambio de rutinas en varios de los aspectos de nuestras vidas. Es decir, se dio un cambio en los hábitos de sueño, la alimentación y el ejercicio físico que llevábamos a cabo anteriormente. 

Sin embargo, también es cierto que resulta fundamental mantenerlos, al menos de una manera adaptativa a esta realidad. Esto ocurre pues podrían generarse distintos signos de fatiga mental o cognitiva ante la limitación de actividades que anteriormente nos satisfacían, derivando en dolores musculares e incluso angustia. 

La prolongación de las determinadas formas de aislamiento social genera sensaciones de letargo. Si bien tenemos el enorme deseo de encarar algunas actividades sociales, el hecho de pasar mucho más tiempo dentro de casa pudo haber implicado una especie de “adormecimiento” del físico.  

Se trata de cambios que afectan a grandes y chicos por igual. A pesar de los protocolos sanitarios que no debemos olvidar, mucha gente ha manifestado que, ante esta circunstancia, ha tenido problemas con el sueño. Es decir, el lugar donde materializamos, de forma inconsciente, muchos de los problemas de nuestra vida cotidiana. 

Cuando nuestro cuerpo está físicamente extenuado, suele suceder que podemos “conciliar mejor el sueño”. Si hemos eliminado gran parte de nuestra actividad física, es probable que hayamos tenido algunos períodos de insomnio e incluso situaciones en las que la ansiedad nos logra dominar por las noches. 

Los síntomas de dormir intranquilo

Tener la cabeza revolucionada por las noches puede ser un sinónimo de dormir poco y mal. Los expertos denominaron esta sensación como una “fatiga mental o cognitiva”, donde se dan diversos síntomas. Entre ellos, podemos mencionar a la somnolencia, la poca capacidad de concentración en las tareas y la dificultad de concretar objetivos estipulados previamente. 

La mayoría de estos síntomas implica que haya una reorganización de las piezas más importantes de la salud. Es decir, una buena alimentación, una jornada de ejercicio físico y un buen dormir. Lo más importante es que todos estos elementos se interconectan, dado que, si comemos mal y no hacemos ejercicio, probablemente durmamos mal. 

Es por esto por lo que, para comenzar a mejorar al menos la faceta de sueño, es ideal poder regular los ciclos. Es decir, estipular distintos horarios en los que debamos acostarnos, tener un horario concreto a la hora de levantarnos y saber que tenemos que cumplir con nuestras obligaciones, a pesar de que estas puedan haber cambiado. 

Otra de las acciones que deberíamos considerar para mejorar nuestro estado mental es la de sacar las ideas agobiantes de la mente. Puede que estemos consternados ante la situación mundial, creyendo que no hay un horizonte claro en el que posicionarnos. Sin embargo, centrarnos en el presente puede ser una excelente solución para mejorar nuestro día a día. 

El hecho de poder compartir lo que nos pasa con alguien más también ayudará a que podamos dejar de sentirnos solos. Es decir, puede que te pienses que se trata de una situación única y que te ocurre a ti de forma exclusiva, aunque te sorprendería saber que hay muchos males de la mente que, en realidad, se forman contextualmente y de forma globalizada. 

Las técnicas de meditación también pueden ayudar a mejorar el conocimiento de nuestro propio cuerpo. Es decir, sirve para regularnos emocionalmente en tiempos en los que estamos completamente revolucionados, tanto para bien como para mal. O sea, reduciremos la angustia y la ansiedad que suelen impedirnos descansar. 

Algunas técnicas para mejorar nuestra calidad de sueño

Como ya habíamos destacado, hay muchas personas que en estos días tan complicados no duermen como antes. La sensación de agobio, de creer que nada mejora o que nada se modifica e incluso de perder amistades u oportunidades puede alterar nuestro ciclo de sueño habitual. 

Sin embargo, eso no es justificativo para que no podamos hacer algunos redireccionamientos de la forma en la que experimentamos esta situación. Si te encuentras cansado de estar con dolores musculares, falta de energía, alteraciones en el metabolismo, problemas estomacales, aumento de peso e incluso defensas bajas, todo podría deberse a tu pobre descanso. 

Para eso, deberemos crear una estructura de sueño que sea beneficiosa para estos días de prevenciones sociales. Lo primero y más importante será establecer horarios, que puedan ser los más habituales a los anteriores. Esto no solamente aplica para dormir, sino también para comer, acostarte, despertarte, estudiar, trabajar, ejercitarte e incluso disfrutar. 

El hecho de poder acomodar nuestros propios horarios puede ser una enorme tentación, pero eso no significa que nuestra vida deba desestructurarse. Si no tienes en cuenta cuándo es el momento para el ocio y cuándo para las responsabilidades, vivirás con la saturación de creer que estuviste todo el día haciendo cosas, algo que no ayuda al apoyar la cabeza sobre la almohada. 

Algo importante es poder contar con un espacio marcado para cada actividad, evitando estar siempre en el mismo cuarto. Esto es importante en tu dormitorio, dado que, si es el mismo sitio en el que trabajas y estudias, probablemente no puedas conciliar el sueño, ya que creerás que has estado siempre “haciendo lo mismo”, e incluso pensarás que debes trabajar, cuando en realidad toca descansar. 

En este mismo sentido, puede que, como tienes más tiempo libre, hayas optado por alguna siesta durante tu jornada. A pesar de que puede ser relajante, también modificará tu patrón de sueño, haciendo que tardes más en relajarte para dormir. Como tu cerebro interpretará que “ya estás descansado”, seguramente darás vueltas y eso no ayudará al descanso. 

Por último, también hay que destacar la importancia de la buena alimentación y del ejercicio físico. La comida por delivery se ha vuelto una de las opciones favoritas de la gente durante esta situación, dado que algunos todavía prefieren evitar las reuniones con bastantes personas en restaurantes, por ejemplo. 

Aunque puedes darte esos gustos, es importante que lo regulares. También podrás volver a realizar actividad física, adaptándola de acuerdo con las exigencias sanitarias. Esto hará que tu físico esté cansado y puedas disfrutar de la cama, sabiendo que has tenido una jornada extenuante, donde tu cuerpo y tu mente se relajarán.